Y mientras leí cada una de las páginas de el libro Favor de no disparar sobre el pianista de el músico Luis Jaimes Cortéz*, "un cruce de caminos entre la novela y el Ensayo", que nos narra la vida de Silvestre Revueltas (1899-1940), llamó mi particular atención la voz de Ausencio Contreras, personaje inventado por su autor que representa aquí a los amigos más cercanos de el compositor duranguense quien toma la confianza de escribir y contar su vida a manera de "seguir conversando con él" quien suma todos sus intentos por recopilar cualquier documentación posible para su biografía.
Naturalmente que fue tras la búsqueda de las partituras, de los programas de concierto, las caricaturas, la charla de quienes lo conocieron, y sin que faltara un poco más, lo cual le sería imperdonable, es no haber coleccionado las fotografías que retrataron al músico, poeta y loco... Ahi las tenemos donde no viste frac pero tampoco con sarape, diría Ausencio, "la cosa quedo equilibrada".
Ésta que les presento es la célebre que le fotografiará Manuel Álvarez Bravo, allí, lo tenemos "subido arriba de una azotea y vestido como siempre, y no en un lugar de lujo y acicalado de tacuche*... en el fondo hay un muro que nos cierra el paisaje, pero podemos imaginarnos un entorno lleno de tendederos con calzones y pantaletas oreándose al sol. Entre el muro y Silvestre hay una escalera y su sombra. Es una escalera de varillas de fierro para subir al tinaco. en ella está recargado Silvestre, con esa mirada qu ponía cuando estaba pensando hacia dentro. lo rodea un ambiente de soledad, como que no hay ni una sola persona en muchos kilómetros a la redonda, ni siquiera el fotógrafo. lleva un saco de esos que ahora les dicen esport, sin corbata, y un cinturón muy ancho. en la mano izquierda tiene el libro que estaba leyendo antes de que se tomara la foto, cerrado, pero con el dedo índice acomodado a modo de separador. es posible que se trate de una partitura de bolsillo. Sus manos son gruesas, tienen algo de oso y algo de tamal. en el suelo, un fragmento de su propia sombra une las dos escaleras, la real y la otra. No pueden verse sus pies de andariego furioso, que le cortó la cámara intransigente"
Naturalmente que fue tras la búsqueda de las partituras, de los programas de concierto, las caricaturas, la charla de quienes lo conocieron, y sin que faltara un poco más, lo cual le sería imperdonable, es no haber coleccionado las fotografías que retrataron al músico, poeta y loco... Ahi las tenemos donde no viste frac pero tampoco con sarape, diría Ausencio, "la cosa quedo equilibrada".
Ésta que les presento es la célebre que le fotografiará Manuel Álvarez Bravo, allí, lo tenemos "subido arriba de una azotea y vestido como siempre, y no en un lugar de lujo y acicalado de tacuche*... en el fondo hay un muro que nos cierra el paisaje, pero podemos imaginarnos un entorno lleno de tendederos con calzones y pantaletas oreándose al sol. Entre el muro y Silvestre hay una escalera y su sombra. Es una escalera de varillas de fierro para subir al tinaco. en ella está recargado Silvestre, con esa mirada qu ponía cuando estaba pensando hacia dentro. lo rodea un ambiente de soledad, como que no hay ni una sola persona en muchos kilómetros a la redonda, ni siquiera el fotógrafo. lleva un saco de esos que ahora les dicen esport, sin corbata, y un cinturón muy ancho. en la mano izquierda tiene el libro que estaba leyendo antes de que se tomara la foto, cerrado, pero con el dedo índice acomodado a modo de separador. es posible que se trate de una partitura de bolsillo. Sus manos son gruesas, tienen algo de oso y algo de tamal. en el suelo, un fragmento de su propia sombra une las dos escaleras, la real y la otra. No pueden verse sus pies de andariego furioso, que le cortó la cámara intransigente"
... y aunque creemos saber mucho de Silvestre, su muerte, que sorprende la madrugada del 5 de otubre, crea a la "leyenda", la cual, se ha venido defendiendo por sí sola con el paso del tiempo... Eso lo supo muy bien Silvestre.
1935. "Mi carrera está hecha, sólo tengo que darme a conocer y eso vendrá con el tiempo, no tengo prisa. Vendrá, aunque yo esté muerto"*
NOTAS:
* CORTEZ, Luis Jaime, Favor de no disparar sobre el pianista. Una vida de Silvestre Revueltas, México, Ríos y Raíces, 2000, 237 pp.
* Tacuche: Traje formal y elegante masculino.
* CORTEZ, Luis, Jaime, op. cit., p.41
* Tacuche: Traje formal y elegante masculino.
* CORTEZ, Luis, Jaime, op. cit., p.41
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