¡BIENVENIDOS A GRUPO FILOFONÍA!

"NUESTRA AMÉRICA ES JOVEN, Y TIENE SEGURAMENTE TODOS LOS DEFECTOS DE LA JUVENTUD, Y CLARO QUE ES PRECISO EDUCARLA, PERO NO PERDIENDO SUS MEJORES CARACTERISTICAS"
(SILVESTRE REVUELTAS, Julio de 1937)

domingo, 29 de marzo de 2009

EL BALLET “ESPARTACO” DE ARAM KHACHATURIAN (SEGUNDA PARTE)

    
    Tras el argumento de este ballet que narra los momentos en que Espartaco  - como esclavo – es capturado y obligado a entretener en las justas y peleas que se llevan a cabo en el circus maximus como parte de la política del panem et circus que el imperio romano ha implantado, el cómo organiza un plan de rebelión  para que todos los esclavos  se liberen de tal condición y humillación,  describiendo  como poco a poco las fuerzas de Espartaco se acrecientan hasta que las noticias de su poderío obligan a Roma a hacerle frente encomendándole al pretor Marco Licineo Craso, al mando  de las más importantes legiones imperiales del ejército,  que lo  venza en Apulia valiéndose de la corrupción para poner en contra suya  a los mismos esclavos sembrando el divisionismo internamente para debilitar a las fuerzas rebeldes  para que sean capturadas y derrotadas y así brindar  una  lección a aquellos que intentaran hacer lo mismo crucificando a los vencidos a lo largo de la vía Appía, hallaremos que la figura de Espartaco para ser  descrita y constituida como un símbolo de libertad - más cuando esto es subrayado en la escena final con  una marcha y un réquiem  funeral en la que  Frigia, esposa de Espartaco toma su cadáver y lo muestra ante todos -  no podría reservarse todas esas cualidades sin dejar de contemplar detenidamente el papel que desempeñan  los personajes de Frigia y Aegina, esposa de Espartaco y Frigia respectivamente;  aunque aparentemente secundarios, con  la música de Khachaturian están simbolizando los contrastes existentes entre una   “nobleza espiritual” contra  una “decadencia, depravación y crueldad”.

Es curioso, pero  cada vez me convenzo de que la música de Khachaturian siendo de una gran fuerza emotiva y un intenso dramatismolo lo hallo en dos de las escenas del ballet en las cuales considero que logró su cometido; prácticamente para mí son los momentos más álgidos y climáticos de la obra.

No me sumo a las tradicionales críticas que siguen considerando que el argumento manifiesta  maniqueísmos, pues en primer lugar esta basado en acontecimientos históricos que no podemos refutar, sino en el misterioso encanto que la nobleza, el amor, la seducción, la envidia, el chantaje  y manipulación conduce a las acciones,  y para este particular contexto, a combatir.

Por un lado, tenemos a Aegina que deseosa de fama y fortuna seduce a Craso, el victorioso pretor romano que ha conquistado y vencido en muchas campañas y que esta próximo a consolidar aún más su poder; recelosa  incluso del amor que Frigia  manifiesta a Espartaco cuando ella misma se hace esclava y ha sido comprada por Craso,  convence por todos los medios a éste de acabar con Espartaco y las revueltas de todos los esclavos.

 En el ballet esto queda de manifiesto  en el segundo acto. Este número es conocido como el “Adagio de Aegina” y es en el número diez de la grabación que dirigió Michail Jurowski que se puede descargar en esta dirección:

Por otra parte, ante la difícil y dura situación que significa el rebelarse ante un poderoso ejército  con los altos riesgos de llegar incluso a morir, el más famoso número de este ballet, el “Adagio de Espartaco y Frigia” del acto tercero de la misma grabación, narra la consolación y fuerza que el amor brinda a los espíritus de lucha. Es pues con la figura de Frigia que Espartaco se decide a combatir y no ser un esclavo más, incluso sí para ello hay que perecer.

Aunque no dudo de los elementos románticos contenidos en la obra, pienso que a lo largo de la historia es difícil comprender que en las guerras las mujeres determinan mucho de sus desarrollos, y este ballet hace una invitación a considerarlo. Para  estas líneas me habría encantado saber de los propios creadores y más del propio Khachaturian  si esto que percibo también fue una de sus pretensiones.

Me baso propiamente en la audición de la música para expresar estas consideraciones y por último  señalar  una inconformidad respecto a la coreografía de Yuri Grigorovich que conozco a través de un DVD. Me refiero principalmente a la debilidad que manifiesta la danza en el “Adagio de Aegina”. He tratado de buscarlo en Youtube para así demostrárselos pero solo puedo describirles que en dicha escena habría sido más acertado brindarles a los dos personajes un espacio de intimidad en los cuales ella con sus encantos desenvolviera sus más oscuras intenciones; no tanto así gastando los elementos que la música emplea para otros personajes que los acompañan, pero lo sé muy bien, yo no soy coreógrafo.

Y para el “Adagio de Espartaco y Frigia” sólo decir que más allá de los recursos  que todo pas de deux debe contener, este no es de mis favoritos, pero  libre de expresión por danzarse como se quiera,  estoy seguro que se deberán al sentir de  las  muy diversas ideas y significados que le conferimos al amor.

Disfruten pues de este número en otra coregorafía distinta; he de compartirles el dato de que para los ingleses entre 1971 y 1980 a través de la serie de televisión inglesa “La línea Onedin” (con la autorización del propio Khachaturian) fue la más popular y fresa manera de no tan sólo conocer este adagio, a más de ser tocado como parte independiente por orquestas sinfónicas, en verdad que tiene mucho mayor significado y será un gran deleite  su presentación completa, pero afortunadamente esta grabación en disco es lo más cercano a lo que les digo, y a mi parecer es una muy buena versión, así que espero puedan disfrutarla tanto como yo:

http://www.youtube.com/watch?v=8kj5Rbx29zk



martes, 24 de marzo de 2009

EL BALLET "ESPARTACO" DE ARAM KHACHATURIAN (PRIMERA PARTE)

    
     El ballet llamado "Clásico" ha manifestado ser una expresión sustentada e indivisible de  la música para narrar una fantasía o una leyenda, algún cuento de hadas o describir un mosaico cultural de inmortales tradiciones. Expresamente para esos fines varios músicos ofrendaron su creatividad y ahí tenemos  títulos como "El Cascanueces", "Romeo Julieta", "El Lago de los Cisnes", "El Corsario", "Coppelia", "Estancia", "H.P.", "Gayaneh", etc, etc. Sin embargo, el singular ballet "Espartaco" del armenio Aram Khachaturian (1903-1978)  parece haber roto ese tradicional esquema inspirándose  en el simbolismo de la lucha por la libertad y contra la esclavitud que varios movimientos sociales y revolucionarios le han conferido a este personaje de la historia, argumentándose en los acontecimientos que  este esclavo traciano realizará  en los años 73 y 71 a.C. liderando una de las más memorables rebeliones contra el imperio romano de las que tengamos recuerdo.

Efectivamente,  desde que algunos  ideólogos socialistas consideraron  a Espartaco como el "primer socialista del mundo" más que nada para hacer de él un ícono político, no sería extraño que el régimen de la U.R.S.S. le haya encomendado a Khachaturian la composición de un ballet; el proyecto había sido propuesto desde los años de 1930, retomándose en la época de la segunda guerra mundial, pero fue hasta 1954 que la música fue compuesta, sufriendo varias modificaciones en los años de 1956, 1958 y 1968, más que nada por las diversas coreografías que de él se hicieron en los dos importantes teatros de ese entonces: el Bolshoi y el Kirov.

 En su época fue considerado como una bandera artística del estalinismo, de las ideas del régimen soviético,  de "marxista", y de quién sabe cuantas cosas más,  es quizás que por ello sean muy pocas las veces que se represente en los escenarios por habérsele teñido  esos fantasmagóricos criterios conservadores; en México, por ejemplo, se ha representado dos veces y por compañías extranjeras y a muy caros precios, y si no fuera por el CD, el DVD, o Youtube, no me imagino otra forma con la que podamos tener  acceso a esta hermosa obra de arte.

 Khachaturian manifestó una inmensa  fascinación por su historia y cuando conoció el libreto de Nikolai Volkov, dijó que su composición era su manera "como artista soviético que soy, de rendir un homenaje de respeto y admiración", que "Espartaco es para mí una monumental narración de cómo los esclavos, los oprimidos pueden convertirse en una poderosa ola para ganar la libertad, en defensa de sus derechos humanos, lo cual con música y danza puedo contrastar entre la nobleza espiritual y la decadencia, depravación y crueldad de los opresores".

 Contó con el apoyo dancístico de coreógrafos como Leonid Banyaminovich Jacobson (versión de 1956), Igor Moiseyev (1958), Yuri Grigorovich (1968) que de muy diversas maneras resolvieron el militarismo, el dinamismo y el profundo dramatismo de la música; es pues la versión definitiva de ese paradigmático año de 1968 la más representada; irónicamente mientras la U.R.S.S. invadía Praga, en el Bolshoi el arte denunciaba la atracción poética sin la cual nada puede ser posible: la libertad.

lunes, 16 de marzo de 2009

Sor Juana Inés de la Cruz en la Música...


La gran poetiza de la segunda mitad del siglo XVII, ha dejado con sus letras una herencia digna de admiración no solo local, sino también internacional... Sin embargo y pese a su obra "sobreviviente", nos es desconocido gran parte de lo que fuera una obra excepcional. Pues ¿Cuánta de su obra se perdió ante el concervadurismo "censor" de la iglesia, tras conciderarla una amenaza para sus principios morales y religiosos? Se sabe, de antemano, que era una dedicada estudiosa en muchas materias, entre ellas la música... No sería extraño que en sus momentos de ocio se dedicara a la composición musical... Pero ante el hecho de que nada de eso sobrevivió, solo queda en el mito de su posibilidad...

Sin embargo, muchos compositores poesteriores vierón en la obra poética de Sor Juana un reto musical, tal es el caso de Manuel de Mesa (1725-1773) quien musicalizaría varios de sus Villancicos en hermosas joyas músicales. Tal es el caso, como un ejemplo, "Clarín sonoro del Viento" perteneciente a un Villancico (Caracól 1) cuyo texto es:


Sonoro clarín del viento,
resuene tu dulce acento,
toca, toca,
ángeles provoca,
y en mil serafines,
mil dulces clarines que,
haciéndole sa lva,
con dulces cadencias saluden a María!

1. Hoy que tu natal feliz,
esperado tantos siglos,
es la gloria de los cielos
y es el fin de los suspiros.

2. Luz que al vistoso arrebol
de tu cielo cristalino,
temeroso, el Sol te viste
siendo de tu luz mendigo.

3. El espíritu de amor
en las aguas del principio
navegaba en tus cristales
en que se miró a sí mismo.

4. Hoy, Señora, tu natal,
tan puro y esclarecido
dió fin a la triste pena
del más infausto delito.

Dejo a su dospición el link del Villancico, para deleitar vuestros oidos con música del compositor español Manuel de Mesa:



CARICATURA MUSICAL...

Gerard Hoffnung
(1925-1959)

viernes, 13 de marzo de 2009

Nuestro Nacionalismo Musical


Debemos al siglo XIX el consciente interés por las manifestaciones artísticas del pueblo. No es que antes estas fuesen ignoradas, no!, los acontecimientos políticos, sociales y económicos de entonces obligaron a considerarlas por su presente fuerza en las revoluciones, en los procesos históricos.

Se cuestiono desde entonces qué y quién era parte del Pueblo, consignado antes como plebe o pueblo llano con un carácter muy general que aún hoy en día es dificil de cambiar... las respuestas fueron dejando reiteradamente que este es resultado de una estratificación en castas y clases sociales... Sus expresiones por lo tanto atestiguarían ser fruto de colectividades y sus tradiciones parte de su fuerza.

Si hablaramos entonces de artes populares, obviamente que consideraríamos que existen las no populares, pero nos encontraríamos en el mismop sitio en que se ubicaron los artistas nacionalistas, pues fue esta, una de sus principales premisas para establecer su legitimidad.

¿Un arte "Nacionalista", por qué tendría su razón de ser sino es que para expresar una identidad regional y local frente a otra?... Muchas de sus justificaciones se hallaron en el uso de las expresiones populares, y su crítica estribo en el qué tan legítimo es utilizarlas como un medio de expresión. ¿Fue acaso para nuestros artistas nacionalistas esto así?

Tres generaciones convergieron en esta corriente artística de los años posrevolucionarios de la década de los veinte y treinta del siglo XX y mucho tuvo que ver el que hallan testimoniado la guerra civil de la década anterior, pues los ideales buscaron engendrar una indentidad, en hacer triunfar algún proyecto nacional.

Sus fuentes fueron las tradiciones y las costumbres, por considerarlas como lo más puro y genuinamente expresado en nuestro suelo, y prácticamente ser lo más original. Esto último es lo que más emotiva al creador nacionalista, son en su mente, el ideal de una identificación cultural. No olvidemos que esta era una época de sumo interés por la masificación de las expresiones, otorgando un "servicio" a los "desheredados". Aquí nos interesa comprender que la música en su carácter de creación "nacionalista" género una gran variedad artística, una expresión nacionalista que comunmente sólo sofistico o estilizó una de carácter popular: danzas, corridos, sones)... pero no es tan sencillo de convencerse de que eso sea así. Obviamente que las hubo, y que muchos sólo agotaron las técnicas y las formas por seguir expresando la fuerza que lleva aquella en su seno, pero creo que ello se debió al imperativo de sus anhelos nacionalistas como causa de un problema de una identidad.

Lamentablemente, la confusión fue adoctrinada por la ingenuidad de generar sólo obras individuales de justificación de sus medios y vemos que en nuestro mosaico yacen "Nacionalistas-estilistas" - como Manuel M. Ponce y Carlos Chávez; "Nacionalistas-historicistas" como Miguel Bernal Jiménez, y "Nacionalistas-revolucionarios" como Silvestre Revueltas, que es quizás el único que comprendió que la concientización de las manifestaciones populares no soslaya la fuerza expresiva de las costumbres y las tradiciones para crear un "Hallazgo", resolviendo así la problemática.


Nuestros "Últimos-nacionalistas" - Moncayo, Galindo, Contreras, Ayala - bebieron de la confusión y en parte no pudieron comprender que si las tradiciones y las costumbres develan la inconciencia de nuestro pasado, ha de ser porque sólo son la expresividad de un "Hacer", de un "Querer".