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martes, 24 de marzo de 2009

EL BALLET "ESPARTACO" DE ARAM KHACHATURIAN (PRIMERA PARTE)

    
     El ballet llamado "Clásico" ha manifestado ser una expresión sustentada e indivisible de  la música para narrar una fantasía o una leyenda, algún cuento de hadas o describir un mosaico cultural de inmortales tradiciones. Expresamente para esos fines varios músicos ofrendaron su creatividad y ahí tenemos  títulos como "El Cascanueces", "Romeo Julieta", "El Lago de los Cisnes", "El Corsario", "Coppelia", "Estancia", "H.P.", "Gayaneh", etc, etc. Sin embargo, el singular ballet "Espartaco" del armenio Aram Khachaturian (1903-1978)  parece haber roto ese tradicional esquema inspirándose  en el simbolismo de la lucha por la libertad y contra la esclavitud que varios movimientos sociales y revolucionarios le han conferido a este personaje de la historia, argumentándose en los acontecimientos que  este esclavo traciano realizará  en los años 73 y 71 a.C. liderando una de las más memorables rebeliones contra el imperio romano de las que tengamos recuerdo.

Efectivamente,  desde que algunos  ideólogos socialistas consideraron  a Espartaco como el "primer socialista del mundo" más que nada para hacer de él un ícono político, no sería extraño que el régimen de la U.R.S.S. le haya encomendado a Khachaturian la composición de un ballet; el proyecto había sido propuesto desde los años de 1930, retomándose en la época de la segunda guerra mundial, pero fue hasta 1954 que la música fue compuesta, sufriendo varias modificaciones en los años de 1956, 1958 y 1968, más que nada por las diversas coreografías que de él se hicieron en los dos importantes teatros de ese entonces: el Bolshoi y el Kirov.

 En su época fue considerado como una bandera artística del estalinismo, de las ideas del régimen soviético,  de "marxista", y de quién sabe cuantas cosas más,  es quizás que por ello sean muy pocas las veces que se represente en los escenarios por habérsele teñido  esos fantasmagóricos criterios conservadores; en México, por ejemplo, se ha representado dos veces y por compañías extranjeras y a muy caros precios, y si no fuera por el CD, el DVD, o Youtube, no me imagino otra forma con la que podamos tener  acceso a esta hermosa obra de arte.

 Khachaturian manifestó una inmensa  fascinación por su historia y cuando conoció el libreto de Nikolai Volkov, dijó que su composición era su manera "como artista soviético que soy, de rendir un homenaje de respeto y admiración", que "Espartaco es para mí una monumental narración de cómo los esclavos, los oprimidos pueden convertirse en una poderosa ola para ganar la libertad, en defensa de sus derechos humanos, lo cual con música y danza puedo contrastar entre la nobleza espiritual y la decadencia, depravación y crueldad de los opresores".

 Contó con el apoyo dancístico de coreógrafos como Leonid Banyaminovich Jacobson (versión de 1956), Igor Moiseyev (1958), Yuri Grigorovich (1968) que de muy diversas maneras resolvieron el militarismo, el dinamismo y el profundo dramatismo de la música; es pues la versión definitiva de ese paradigmático año de 1968 la más representada; irónicamente mientras la U.R.S.S. invadía Praga, en el Bolshoi el arte denunciaba la atracción poética sin la cual nada puede ser posible: la libertad.

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